Tal día como hoy, quince de diciembre, en 2004, sus restos mortales recibían cristiana sepultura tras un multitudinario funeral en el municipio de Tegueste. Hace poco más de siete años desde que tristemente nos dejó y aún se nos hace imposible olvidar lo que representó José Javier Pérez y Pérez, presidente del C.D. Tenerife en la época más brillante y de mayor notoriedad de esta entidad. Pasa el tiempo y quizás por la situación actual que vive el club, se le echa mucho de menos por su personalidad y por una gestión que, dejando a un lado filias y fobias, resultó ejemplar. Con el motor de la ilusión y grandes dosis de ambición, arrancó allá por 1986 con el C.D. Tenerife hundido en el desinterés y la polémica. Cogió las riendas y se propuso levantarlo, teniendo que superar en aquel camino muchísimos obstáculos. Lo primero fue subir de Segunda B a Segunda A y luego poner los cimientos para atreverse al gran reto, el ascenso a Primera División. Después vino la reconversión en Sociedad Anónima Deportiva y otros movimientos institucionales que dieron indudable prestigio nacional. Nadie le creía, pero él seguía erre que erre en pos de conseguir lo que se había propuesto. Lo consiguió en 1989 cuando un Tenerife a priori inferior, barrió al Real Betis Balompié y consiguió el ascenso a la máxima categoría. Un año después otra promoción lo puso a prueba y el equipo consiguió salvar la categoría ante el Deportivo de la Coruña. Con la sufrida consolidación en Primera, vinieron años inolvidables con una década, la de los años noventa, que nunca podrá olvidar el tinerfeñismo. Dos quintos puestos, dos participaciones en Copa de la Uefa, dos semifinales en Copa Uefa y Copa del Rey, un Torneo Gamper, dos victorias ante el Real Madrid que dieron la vuelta al mundo por dejar a los blancos sin la liga en beneficio del Barcelona... Y luego bajó a Segunda, retornó a Primera la temporada siguiente y volvió a caer en la siguiente. El club ya venía hacia abajo y era difícil parar aquella inercia.
En fin, muchos años y muchas satisfacciones que nada ni nadie podrá empañar jamás, ni tan siquiera la última etapa triste y melancólica en la que el club emprendió un declive bajo su mandato. A Javier no se le ha tratado como mereció ni en vida ni ahora que no está. Muchas palabras y pocos hechos en relación a su figura y a las intenciones de perpetuarla como ejemplo para la posteridad. Las nuevas generaciones deberían saber que hubo un tiempo en que todos soñamos con tocar el cielo y que casi lo tocamos porque un soñador nos contagió una idea que parecía una locura, pero que fue una preciosa realidad.
Artículo de JOSE ANTONIO PEREZ. Periodista. Pertenece al Gabinete de Prensa del Cabildo de Tenerife. Estuvo trece años en Radio Club Tenerife-Cadena Ser. Fue director de Teide-Radio Onda Cero. Ocupó La Jefatura del Gabinete de Comunicación del C.D. Tenerife durante ocho años. En una época fue Jefe de Deportes de La Televisión Canaria.
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