Con David Amaral uno discrepa en algunos aspectos de su primera etapa en el C.D Tenerife. Pretendía que se le reconociese una y otra vez su apuesta por la cantera y en ciertos momentos no aceptó la crítica cuando él estuvo 20 años diciendo verdades como puños en distintos medios de comunicación sobre todo en radio con Juan Carlos Castañeda. Dicho esto, me declaro admirador de David diciendo lo que me gusta y lo que no me gusta de su faceta como entrenador.
Y seguimos hablando del excapitán del Tete en los años 80. Esta mañana se tenía que celebrar un juicio por una cantidad que le adeudaban desde el Callejón del Combate y al final todo se arregló sin tener que mediar la persona que mandaba en la sala.
Y sobran mis palabras. Son necesarias exponer mañana, tarde y noche las de David Amaral para que el aficionado se percate de quien es uno y quien es otro. En esta vida no existen santos, pero David ha dado una lección de tinerfeñismo y de honradez gigantesca.
Apunten: "No hemos ido al juez y lo hemos arreglado aquí amistosamente. Hemos dado facilidades, por la necesidad que tiene el Tenerife, aplazando los pagos". "Las cantidades son las que yo solicitaba, 90.000 euros. Es que no había otra cosa que discutir". "No es grato verse en esta situación, pero quiero dejar bien claro que aunque no me gusta, el presidente debe entender que los canarios no son tontos". "La parte importante del club son los jugadores y entiendo que están sin cobrar. He ayudado al aplazar el cobro de las cantidades para que ellos también se puedan manejar". "Si fuera rencoroso, aquí se hubiese pagado todo como se tiene que pagar y no me habría interesado absolutamente nada". "Podré facilitar las cosas, ayudar al club, pero le quiero dar a entender a todas estas personas que mandan es que los canarios no somos tontos. También somos válidos, estamos cualificados para cualquier cosa y tenemos nuestro corazón, no solamente para perdonar y para que nos humillen". "Me gustaría que al equipo se le ayudara para intentar conseguir el objetivo, que es lo mejor que le puede pasar". "A Quique Medina lo metí yo en el Tenerife. Ellos no lo fueron a buscar, lo metió David Amaral, y más que un segundo estaba al lado de uno. Si tanto lo querían, ya lo hubiesen podido ir a buscar mucho antes". "Lo único que deseo es que salgan bien las cosas, que el Tenerife ascienda, y ese mismo deseo lo hubiera tenido con los otros compañeros. Al final me alegraría mucho por Quique".
Señor Concepción, aquí tenía a la persona adecuada para empezar este proyecto en Segunda B a la que usted humilló y maltrató. En cambio, David responde con honestidad. Porque hay una gran diferencia. David quiere al Tenerife. Si usted lo quisiese ya hubiese dado un paso al costado.
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