lunes, 23 de abril de 2012

QUIQUE ESTEBARANZ, JULIO LLORENTE Y JOSE MANUEL PITTI RECUERDAN A ROMMEL


QUIQUE ESTEBARANZ

Rommel era un tipo especial. Con un corazón como sus saltos de cabeza: inalcanzable. Fue el principal “instigador” de la implantación del merengue, salsa, bachata (o como se diga)… en la isla. Anécdotas tendría miles. Una que recuerdo bien era que en los viajes en avión yo tenía un cierto respeto a las turbulencias; vamos, que cuando se movía el avión me ponía nervioso, pero me tranquilizaba ver al bueno de Rommel dormido con sus inseparables cascos oyendo salsa, y cabeceando por las turbulencias, pero sin llegar a despertarse. Otra era su salto de cabeza y fuerza en el golpeo. Había sido boxeador y tenía el cuello tremendamente fortalecido. Es el único jugador al que he visto marcar un gol de cabeza desde fuera del área, creo que fue en Anoeta contra la Real Sociedad. Como último recuerdo, y como es sabido por todo el mundo, siempre hacía mención a Tenerife como “su islita”…


JULIO LLORENTE

Rommel se hacía querer, era un tipo excelente, maravilloso como futbolista y buen compañero. Le queríamos mucho.  


Rescatamos parte de una entrevista que le hicimos al periodista tinerfeño JOSE MANUEL PITTI hace cuatro meses en esta página.

- ¡Qué pena la muerte de Rommel Fernández! Aún recuerdo unas imágenes en Lunes Deportivo. José Manuel Pitti y Domingo Alvarez flanqueando al ídolo en el estudio mientras recordaban sus 23 goles de esa temporada del ascenso con una música de fondo que ponía los pelos de punta al espectador.

También estaba Paco Fariña, con nosotros, que era el presentador del espacio. Domingo y yo entrevistamos a Rommel. Recuerdo que pregunté al panameño –que estaba en la órbita de los grandes- si se iría al Madrid o al Barca. Me contestó que “yo me quedo en mi Islita”, una expresión que está en la historia. Emitiendo casi en régimen de monopolio, para TVEC, me gustaría saber cuántos miles de espectadores vieron aquel programa. Me resulta muy difícil remirarlo, cuando lo rescato de mi archivo personal, porque la añoranza me mata.

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