La contradicción prevalece en el C.D. Tenerife. Por una parte, encontramos la opinión de muchos inquilinos de la clase periodística. Desde esa vertiente las manifestaciones son claras y contundentes. "Así no vamos a ninguna parte". "Somos el Tenerife y no lo estamos demostrando". "El empate en Lugo fue una casualidad". "Sólo hay un par de jugadores que se salvan de la quema". "La liga regular es una cosa y en los play off nos estallaremos",... Y enfrente nos topamos con la fría y única verdad de la realidad que ofrecen los números. En las últimas siete jornadas el Tenerife se ha abonado a la media inglesa -- es decir, ganar en el Heliodoro y empatar en la península --,continúa en la parte alta y rascó un puntito en casa de un equipazo -- según voces autorizadas -- el Lugo.
Y si profundizamos aún más, escuchas al técnico blanquiazul y "ve más cosas positivas que negativas". "Hubo momentos que estuvimos por encima del Lugo". "Resalto la concentración y el trabajo de mis jugadores". "Es un punto positivo que hay que hacer bueno en casa". "Hemos hecho un partido serio con mucha intensidad",...
En pocas palabras, el problema radica a qué aferrarte. Y es que no es la primera vez que un equipo suma y suma en la fase regular y llega a los play off y enfila el camino de vuelta con lágrimas en los ojos. Y lo tengo claro. Si esta media de puntos hace pedazos en el Helidoro se puede armar un pitote de padre y muy señor mío.
Y no quisiera olvidarme de una situación que sigue aconteciendo en la isla del Teide. ¡A ver si se enteran algunos de una puñetera vez que el señor Oltra fue el entrenador que ocupaba el banquillo del Tenerife cuando se empezó a consumar esta tragedida de la caída al precipicio de La Segunda B por empecinarse en jugar al estilo Barca y no saber amarrar puntos de oro en momentos necesarios. A lo mejor si no llega a ser por los sueños imposibles del señor Oltra, el Tenerife estaría hoy en día jugando en San Mamés, en el Bernabéu, en el Nou Camp,... y no en Lugo, con todos mis respetos. Don José Luis se lo ha montado de cine para seguir siendo recordado mañana, tarde y noche. Y lo peor es que algunos continúan besando los pies a su santidad!
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