lunes, 26 de diciembre de 2011

DESPROPOSITO


Así podríamos definir la trayectoria actual del C.D. Tenerife y me voy a centrar única y exclusivamente al tema deportivo sin entrar a analizar la situación económica, que también me parece otro despropósito.
Los rectores del representativo no han aprendido la lección y llevan, al menos tres años, dando palos de ciego y equivocándose una y otra vez.
Tuvimos que lamentar el descenso de Primera a Segunda y vimos con impotencia cómo no se tomaron medidas de ningún tipo para salvar una categoría que costó mucho recuperar.
La pasada temporada se confió de nuevo en un alicaído y desfasado Santiago Llorente que nos llevó de cabeza al pozo de la Segunda División B y cuando, consumado el descenso, teníamos a un hombre de la casa al frente del equipo se le rescinde el contrato, alegando, no sin cierta razón, que no era persona en línea con la dirección deportiva. Les prometo que no entiendo nada.
Con el equipo en Segunda B era el momento perfecto para comenzar un cambio de tendencia y reorganizar la entidad, deportivamente hablando, con algo de coherencia.
Para empezar habría que dotar al equipo de señas de identidad local, algo que produjera ilusión a los nuestros disponiendo de jugadores de aquí, que supieran dar ese plus de emotividad y complementarlos con gente de fuera que ocupara aquellas demarcaciones carentes de jugadores de cierta valía. Con un ahorro de costes muy importante. Había que tomar como referencia aquella alineación que David Amaral dispuso en el estadio de Gran Canaria contra la U.D. Las Palmas en la última jornada de liga. Allí parecía que podría estar la base del Tenerife de la actual temporada. En aquel partido jugaron de aquí, Pablo Sicilia, Ricardo, Omar, Germán, Jesús, Abel y Bruno y quedaron en el banquillo Ayoze, Josmar y Juan Ramón. Si descontamos a los dos que se fueron a jugar a la península, ocho jugadores de aquí podrían tener cabida en el primer equipo, que complementados con algún otro canario y los foráneos necesarios podrían conformar una plantilla de 22 o 25 jugadores de los cuales al menos el 50%  fuera de las islas y disponer de hombres válidos para el futuro.
Pero nada de eso, parece que lo de aquí no sirve y nos llenamos de jugadores con experiencia en Segunda B, digamos que los jugadores más glamurosos de la categoría, pero poco acostumbrados a la pelea y que hasta la fecha no han dado la talla y a esta alturas de la competición me generan muchas dudas que sean capaces de hacerlo.
Para rematar la faena se trajo un entrenador normalito, como si aquí no hubiera ninguno válido, que además sólo sirve para justificarse un día y otro y que no es capaz de transmitir nada a sus jugadores o, al menos, eso parece.
No quiero hacer apología de cantera, ni recurrir a ella cuando las cosas van mal, como Calderón pregona que hacemos los canarios, si no que creo que se están perdiendo jugadores que podrían ser perfectamente válidos y no sólo eso, sino que estamos consiguiendo desanimar a las generaciones del futuro y empezarán a emigrar desde muy jóvenes.
Pero el despropósito al que me refiero no se ciñe sólo a esta realidad sino que lo que todavía puede agravar las cosas es que suponiendo que el equipo logre ascender, cosa que todos queremos, pero que muchos dudamos, habría que armar un equipo nuevo porque estos jugadores actuales no son válidos para una categoría superior y entonces de dónde va a salir el dinero necesario para refuerzos? ¿Qué moto nos pretenderán vender entonces?
Este año la gente ya está quemada. Se hizo una campaña de concienciación buena, se consiguió enganchar a la gente, pero se le está engañando burdamente y los canarios pasamos una, pero dos... Cuidado!
Este no es el camino, vamos por la senda equivocada y otro año en el infierno de la Segunda B no sé si la entidad lo puede soportar. Desde luego los aficionados rotundamente no, así que algo y a alguien tendremos que cambiar y no hace falta que de nombres, todos los sabemos.

Artículo de JULIO LUIS PEREZ, consejero del C.D. Tenerife del año 2003 al 2005.

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